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domingo, 22 de noviembre de 2020

La Clase Aislada

Que este año estamos teniendo un curso atípico es una forma suave de decir que está siendo raro de narices.  No sé qué es más duro, si el clima de miedo al COVID  que se extiende por el cole como una neblina que emborrona todo a su paso, si no poder ver las sonrisas y gestos del alumnado o que los protocolos de seguridad hayan destrozado de un mazazo proyectos e iniciativas  pedagógicas en las que los docentes habíamos puesto nuestras ilusiones. 

Supongo que llegados a este punto, queda la siempre fácil opción de rendirse y dar por hecho que desarrollar ciertos proyectos es imposible o sacar la silla de pensar para tirar de recursos y adaptarse. Servidor ya tomó su decisión.

La actividad que se presenta a continuación la he bautizado como la “Clase Aislada”. La idea podría considerarse como una mezcla entre  “escape room” y una aventura gráfica.  Hemos aprovechado esa magia que rodea a nuestra festividad del “Día de Todos los Santos” para gestionar la sugestión del alumnado y llevarlo a través de un conjunto de vídeos para liberar al cole de la amenaza zombi. Mira el trailer de la actividad.

 


La aventura comienza con la entrada repentina del Teniente Bighead, un ilustre miembro de la brigada antizombi que ha detectado anomalías en el colegio. Tras irrumpir  en la clase de tercero y apuntalar las puertas para evitar que el zombi entre, se dispone a usar las cámaras de seguridad para vigilar al monstruoso ser. Desde ese momento, toda la clase queda aislada.

                Seguidamente, el Teniente Bighead explica la situación a sus inesperados aliados; un grupo de valientes mozalbetes de 8 y 9 años que están dispuestos a ayudarle para guiar al zombie hasta una trampa instalada en la planta baja.  Pronto descubrirán que el muerto viviente se dispone a entrar en otras clases para  atacar y deciden usar el sistema de cierre de emergencia para cerrarle el paso. Bighead necesitará de los conocimientos de sus  pequeños aliados para descifrar los códigos de seguridad del cole y frenar la amenaza.  Juntos irán cerrando el paso al zombi hasta llevarlo a la trampa y poner a salvo al colegio

                Los códigos secretos están ocultos tras actividades cotidianas pero inteligentemente aderezadas para sumergir al alumnado en la experiencia. La maestra Mariló fue la encargada de diseñar las actividades para el juego y usó  los recursos con los que trabaja a diario para ponerle las cosas difíciles a sus pequeños…y al teniente Bighead, también sea dicho. 

                Dado que los protocolos de seguridad COVID no nos permiten movernos con libertad por el cole ni entrar en todos los espacios, se trasladó toda esta experiencia a través de vídeos  bien enlazados para dar la sensación de una trama bien construida. Una vez dentro de clase,  la pizarra digital nos permite viajar por los pasillos del colegio siguiendo al zombi y usar diferentes metodologías para resolver los problemas que se presentan. Cabe destacar que durante las dos horas que duró la actividad, el alumnado permaneció inmerso en la historia y eso hizo que estuvieran muy motivados para encontrar la solución a las actividades. De forma natural, trabajaron de forma cooperativa,  similar a la que ya conocemos en el cole gracias a los grupos interactivos. La maestra Mariló también dotó a sus tareas de cierta complicidad con el alumnado de forma que hubo niños que pudieron destacar en ciertos campos  y llevarse el reconocimiento de sus compañeros, cosa que suele suceder tradicionalmente en competiciones deportivas, pero dada la naturaleza de esta actividad, también se logró afianzar el autoestima del alumno que destaca en regletas, en cálculo o conoce bien las partes del cuerpo humano. Inteligentemente, la sita Mariló había preparado su clase dejando por los alrededores libros,  regletas e incluso un maniquí del cuerpo humano para que sus alumnos pudieran buscar, por si solos, respuestas a los enigmas que iban surgiendo durante la aventura. 

La experiencia fue genial, nos divertimos cantidad y dimos un repaso estupendo a los contenidos trabajados durante las semanas anteriores.  Una de las bondades de la actividad es que la aventura puede repetirse con cualquier curso, tan solo hace falta adaptar las actividades que esconden los códigos al nivel y competencia de nuestro alumnado.

Para finalizar quiero agradecer a la Seño Mariló su implicación en la actividad y felicitarla por su trabajo, su entusiasmo hace las cosas más fáciles y nos contagia a todos. A todo el curso de tercero, que se portaron como unos valientes. A Isak por trabajar conmigo durante los recreos y ser el mejor actor “zombi” que he conocido. A  todas las tutoras por dejarme  “molestarlas” un poco para grabar alguna secuencia en sus clases. Y a nuestra señorita Agueda, la artista invitada más cotizada del momento.

Y ya que nos obligan a ir al cole “enmascarados” pues hagámoslo con estilo, por el bien de nuestros alumnos y  para que entiendan, que aunque llevemos siempre un bozal puesto, por dentro seguimos luciendo nuestra sonrisa.